Se me perfila una sonrisa en el rostro
cargada de una ternura inusitada;
inusitada, sí
castigo por debilidad, castigo por imperfección…
A mi rostro no le consiento fragilidades
ni me permito un llanto más.
Fragilidad.
Pero hoy, por un instante
fuiste agua en sed
pájaro en penal
flor en desierto
niño en ti.
Y hoy, por un instante,
no sé si lo sabrás,
amé al agua,
al pájaro,
al niño
a la flor:
te quise.
Y por un instante,
no sé si lo sabrás,
tú también…
tú también estrenabas zapatos.
Llanto.
Pero hoy,
por un instante,
fuiste
agua,
pájaro,
flor,
niño;
en ella
de ella
para ella
por ella,
y por un
instante,
no sé si lo
sabrás,
se volvía
herida
lo antes
deseado
yo lágrimas, tu agua;
en cárcel
yo, tú en vuelo;
arena, sólo
arena;
marchita, tú en flor;
y por un
instante,
no sé si lo
sabrás,
(ni un
llanto más, ¿recuerdas?)
yo también…
yo también
estrenaba zapatos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario